lunes, 11 de abril de 2011

UNA SOLA PLUMA

Una sola pluma
(Sólo quiero volar)
  

Pluma: Implemento de tortura producido por un ave, generalmente usado por un asno.

*Adaptado del Diccionario del Diablo, Ambrose Bierce, 1891.

  

Entre las virtudes que se le atribuyen a las plumas, la más común y notoria, sin dudas, es que son tan livianas que hacen posible el vuelo de las aves, convirtiéndolas en el símbolo de la libertad.
A las aves, digo, no a las plumas.
Estoy preso. Una ventana enrejada con el vidrio roto es mi único contacto con la luz del sol. Paso mis horas mirando ese agujero mugroso que bien se parece al hueco que hay en mi alma, filoso, sucio, inútil. Aunque -debería agradecerlo- me permite, a veces, respirar un ligero aliento fresco que a duras penas alivia lo rancio y hediondo de las miserias humanas.
Esta mañana –creo que son las diez o algo así- una pluma empecinada en volar sin la paloma que le da sentido se cuela en mi celda, justo por ese agujero obsceno, directo a mi regazo. Una pequeña pluma.
Paloma de mierda que se ríe de mi estúpida condición humana. El pájaro parece decirme que espere tranquilo unas cuantas miles de casualidades como ésta; que construya mis alas y que, tal vez, algún día, pueda volar. Pájaro hijo de mil putas.
Aunque, probablemente, me está diciendo que debo escribir algo, que no sea tan necio, que las plumas son, también, el símbolo de las palabras.
Las plumas, digo, no las aves.
      Tomo un pedacito arrugado de papel, lo estiro y aliso. Con la arruinada birome que uso para escupir mi rabia en las paredes, logro escribir una frasecita que es infantil y que es cierta: “te amo”.
Y ahora, con el papelito abollado en mi mano sucia y apretada, me quedo esperando que muchos pájaros de mierda dejen caer sus plumas, miles de plumas, que vuelen con la trayectoria exacta, y que una brisa exacta, mil veces exactamente repetida, las introduzca por el agujero exacto, justo en mi celda, justo en mi regazo.
Ojalá, algún día glorioso abra mi mano, y vos, mi amor, leas el papelito. Tal vez así, por fin, pueda volar y parecerme, sólo un poco, a esos pájaros de mierda.          

1 comentario:

  1. Un gran texto. Creativo, sin desperdicios. ¿Lo autorizas a publicar en la revista Mandala Literaria?
    Norberto

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